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El representante de la compañía Costa en Uruguay, Carlos Pera, reiteró que para los puertos uruguayos será una «buena temporada» de cruceros 2025-2026. El ejecutivo participó el lunes 1o. en el lanzamiento de la misma, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, en Montevideo.

Para la presente temporada, que comenzó en octubre de 2025 y finalizará en marzo de 2026, se prevén 100 escalas de cruceros en Montevideo, más 35 de carácter técnico, y 39 escalas en Punta del Este, frente a las 160 escalas registradas en la temporada anterior.

El ejecutivo, que también preside la Asociación Uruguaya de Agencias de Viaje, atribuyó la reducción del número de escalas a un «problema grave a nivel regional», principalmente de Brasil (Río de Janeiro y Santos) y Argentina (Buenos Aires), referido a los costos portuarios. Esto, agregó, determina que las compañías de cruceros, incluida Costa, redireccionen sus barcos, por cuestiones de rentabilidad, a otras regiones, como el Caribe.

El costo del peaje de la Hidrovía Paraguay-Paraná, administrado por Argentina, tiene una incidencia significativa, explicó Pera. Consideró que para solucionarlo se requiere de un acuerdo de Uruguay y el vecino país en base a una revisión de los costos portuarios. A esto, se suman las «cifras abrumadoras» que impone el puerto bonaerense, como el de los mencionados brasileños, a las compañías de cruceros.

Consultado sobre si es posible mantener un número similar de cruceristas descendidos en puertos uruguayos, a pesar de la reducción del número de buques, Pera respondió que para ello, habría que aumentar la capacidad de los barcos que conectan los puertos de la región. Ésto no lo consideró viable debido a que los grandes cruceros de 5.000 y 6.000 pasajeros utilizan el GNL como combustible. Su presencia en el subcontinente se ve limitada debido a que no se los puede abastecer con este energético, analizó.

Agregó que los puertos sudamericanos deben avanzar en la posibilidad de proveer a las naves de energía eléctrica externa mientras se encuentran atracadas en los muelles. Ello permitiría que los barcos no utilicen los generadores mientras se encuentran en el puerto, lo que redundaría en ahorro de energía, al tiempo que disminuiría los niveles de contaminación por uso de combustibles fósiles.