“Nos faltaría avanzar en la recuperación del buque de investigación de altura (en alusión al “Aldebarán”) que nos permitiría realizar una investigación de los recursos pesqueros a nivel oceánico”, expuso el martes 29 el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, durante la ceremonia de botadura del monocasco “Betelgeuse” en el astillero Nitromar, en Montevideo.
El “Aldebarán” se encuentra inactivo en la Dársena Fluvial, en la Terminal Fluvio-Marítima de Montevideo.
“Estamos evaluando si es viable su recuperación o conviene desguazarlo y sustituirlo por otra embarcación”, informó Mattos en rueda de prensa. “Está muy vetusto, con equipamiento e infraestructura de navegación muy dañada. Necesita una inversión importante”, amplió.
“Ojalá que en la próxima administración tengamos dos barcos”, manifestó. Además del costero “Betelgeuse”, debería sumarse uno de altura, para que ambos “proporcionen la información necesaria que permita hacer un uso sostenible de los recursos pesqueros que Uruguay necesita”, razonó.
El “Aldebarán” en la milla 201
Entre el 14 y el 21 de febrero de 2020 el “Aldebarán” realizó la primera campaña de exploración, y paradójicamente la última realizada por este buque a la fecha, en la plataforma continental oceánica que la convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar otorgó en 2016.
Desde entonces y hasta la incorporación del “Betelgeuse”, los relevamientos realizados por el personal de la Dinara se desarrollaron en naves de terceros, añadió Mattos.
La misión de referencia del “Aldebarán” se desarrolló con una tripulación de 24 personas, de las cuales 8 eran científicos. La Armada Nacional aportó personal del cuerpo general y del Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada, informó el 28 de febrero de ese año el servicio de comunicación de Presidencia de la República.
El entonces director nacional de Recursos Acuáticos, Andrés Domingo, destacó que era la primera vez que el “Aldebarán” navegaba a la denominada milla 201 de la plataforma marina.
Los objetivos de la campaña fueron obtener datos ambientales y biológicos en el área de extensión de la plataforma y la evaluación y monitoreo de las especies pelágicas (aquellas que viven en aguas medias o cerca de la superficie) que ocurren más allá de las 200 millas. Allí se realizaron perfiles de temperatura y salinidad con toma de muestras de zooplancton y fitoplancton. También se monitoreó la megafauna marina (aves, mamíferos, tortugas y peces).