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El presidente de la delegación uruguaya ante la Comisión de la Laguna Merín, Gerardo Acosta, abordó, en el marco del Foro Fluvial Sudamericano, que finalizó el jueves 15 en Montevideo, los dos proyectos que cuentan con la aprobación de Presidencia de la República, con distinto grado de avance y que procuran promover el transporte de carga en la Laguna Merín-Laguna de los Patos.

Uno, es impulsado por Hidrovías del Este S.A. y prevé la construcción de una terminal portuaria en la desembocadura del río Tacuarí, en el departamento de Cerro Largo. La resolución número 157 de 2017, concedió a la firma la construcción y explotación de un puerto asociado a la operativa de granos y madera.

La otra iniciativa, llamada Nodo Logístico Cebollatí, de la empresa Cinclus S.A., que prevé instalarse en el río Cebollatí, Treinta y Tres, a cuatro kilómetros sobre la desembocadura en la referida laguna transita un proceso de autorizaciones por diversos organismos estatales. Los productos a transportar serían: forestales, arroz, soja, cal y cemento.

Ambos emprendimientos son de capitales nacionales y tienen previsto trasladar las mercancías en barcazas al puerto brasileño de Río Grande. En el primer caso, la distancia es de 215 kilómetros y en este último de 275 kilómetros.

El entrevistado informó que las dimensiones de las embarcaciones autopropulsadas están limitadas por la exclusa sobre el río San Gonzalo. Por lo tanto, las medidas máximas serían de 115 metros de eslora, 16 de manga, y 3 metros de calado, que podrían transportar entre 1.600 a 2.000 toneladas.   

“La ventana al mundo de la laguna Merín es el puerto de Río Grande”, expresó Acosta ante un auditorio constituido mayormente por operadores públicos y privados fluviales de la región. El funcionario amplió a este portal, respecto a la inminente adjudicación, por parte del estado brasileño, de las obras del dragado del canal Sangradouro, que conecta el río San Gonzalo con la Laguna Merín y el puerto de Río Grande. Es una obra de entre 8 y 10 kilómetros de extensión.

El llamado a licitación no es sólo por el dragado, precisó, sino también por su mantenimiento durante tres años y el balizamiento y señalización de la laguna Merín en el canal principal hasta el puerto de Santa Victoria de Palmar. El de Río Grande es uno de los grandes puertos marítimos de Brasil y cuenta con diversas terminales de contenedores, fertilizantes, graneles y química.

El desarrollo de los dos proyectos en esta hidrovía, que se sumaría a la de Paraguay-Paraná y a la proyectada del río Uruguay, requerirá de parte de los privados del dragado de la desembocadura de algunos afluentes de la Laguna Merín.

Los estudios de factibilidad demuestran que la obra dinamizaría la producción agrícola de la región noreste y este del país, Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, Tacuarembó y Rivera. El expositor añadió que hay 800.000 hectáreas aptas para la agricultura de secano que podrían desarrollarse y no lo hacen porque la incidencia del costo de los fletes a Nueva Palmira, Fray Bentos o Montevideo hacen inviable el negocio.

Acosta, analizó que 80% del comercio de Uruguay con Brasil pasa por los extremos de la laguna, es decir, por las ciudades limítrofes de Río Branco-Yaguarón y Chuy-Chui. En este último tramo circula 60% del total, equivalente a un promedio de 200 camiones diarios. Ante este panorama, la reactivación de la hidrovía busca captar una parte de esa carga constituida por: madera (en rolos y aserrada), calcáreos, cemento portland y clinker, granos (arroz, soja, sorgo, cebada forrajera), de exportación e importación de fertilizantes.