El especialista en logística y transporte fluvial, Juan Carlos Muñoz Menna, participó en el panel “Gobernanza y desarrollo de hidrovías sudamericanas” que tuvo lugar en la primera edición del Foro Fluvial Sudamericano que se realizó el miércoles 14 y jueves 15, en Montevideo.
El ex director titular de la Administración Nacional de Navegación y Puertos de Paraguay, recordó el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná, suscripto por Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia, en 1992, y cuyo objeto es facilitar la navegación y el transporte comercial, fluvial longitudinal en la hidrovía. Identificó el documento como una “pieza jurídica espectacular” aunque matizó que varios de sus preceptos no se cumplieron. “Estábamos muy entusiasmados en unificar legislaciones y generamos más legislaciones, 14 protocolos, (de los cuales) nueve de ellos aún están vigentes”, señaló.
Recordó que en los años 90 fueron “muy fructíferos” en materia hidroviaria y las políticas de gobierno de los países eran “confluyentes”. Agregó que por entonces, “los cinco países, prácticamente, bailábamos el mismo ritmo”, apuntó. Mientras en 1988 las cargas registradas en el sistema fueron de 700.000 toneladas, para el 2000 se proyectaban unos 5 millones de toneladas aunque esa cifra se alcanzó en 1995, lo que demuestra el impulso e involucramiento del sector privado, apuntó.
En este sentido, sostuvo que las inversiones privadas realizadas en Brasil y Paraguay en los últimos años “empujan” el crecimiento de los volúmenes de carga y contribuirán a que los 22 a 25 millones de toneladas que se registran hoy en la hidrovía se dupliquen en los próximos años, vaticinó. Esto, a su vez, plantea un desafío para la industria naval debido a que se prevé la construcción de 500 barcazas y serán adquiridos entre 50 y 60 remolcadores.
Mientras tanto, crecieron las áreas de siembra en las regiones interiores como en Paraguay, Bolivia y el estado brasileño de Mato Grosso del Sur. A esto, también se sumaron puertos de transbordo en Uruguay y Argentina, al tiempo que este último país incrementó la industrialización de granos procedentes de Brasil y Paraguay, analizó. Esto, lo atribuyó al “pragmatismo del sector privado”.
Todo esto lleva a la necesidad de “reflexionar”, de “dar un salto de calidad y repensar la gobernanza”, expresó Muñoz. Afirmó que es necesario reforzar la institucionalidad y ponernos de acuerdo (los países miembros) de cómo vamos a manejar el río en los próximos años. En tal sentido, “tenemos el compromiso de realizar obras de mantenimiento en el río Paraguay” debido a la crisis climática, admitió. Añadió que en septiembre se aguarda la mayor bajante de ese curso hídrico de los últimos 145 años, de acuerdo a información confiable disponible. “El clima nos está reclamando tomar medidas” en la hidrovía, alertó.
En diálogo con Altamar News, Muñoz reflexionó que después de 32 años de vigencia, es necesario actualizar el referido acuerdo y los reglamentos, que fueron superados por el avance tecnológico. En su momento, fue “el mejor que se pudo conseguir en un ambiente político diferente, donde la integración formaba parte de la agenda de los gobiernos”, rememoró. “Es hora de que los gobiernos hagan de esto una política de Estado en lugar de que los escenarios cambien en función del humor político”, recalcó.
“Eso se ha ido diluyendo y se ha perdido el empuje que ahora se debe retomar. Probablemente éste sea el mejor momento porque luego de muchos años hay una cantidad importante de obras concretas que van a impulsar no sólo el tráfico en la hidrovía sino la adquisición de nuevo material flotante”, razonó con un dejo de optimismo.