Hidrovía Paraguay-Paraná | Foto: Cafym
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Sería bueno que los retos de la hidrovía Paraguay-Paraná fueran tomados en forma regional y con seriedad por todos aquellos organismos de los distintos países que tienen que ver con la navegación y con la producción, reflexionó la presidenta del Centro de Navegación (Cennave), Mónica Ageitos.

La titular de la cámara empresarial dictó una conferencia el miércoles 13 titulada: «Hidrovía Paraguay-Paraná-Uruguay, recurso estratégico para el desarrollo de las naciones», en la Escuela de Guerra Naval, en Montevideo.

«La hidrovía necesita medidas urgentes», enfatizó Ageitos y enumeró una serie de retos que podrían ser abordados por el Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná (CIH), que integran Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, y el Mercosur, y cuya resolución contribuiría a una vía navegable más eficiente.

En ese sentido, la titular del Cennave se refirió a la necesidad de que el referido sistema fluvial presente condiciones de navegabilidad en sus 3.442 km. de extensión. Más allá del trabajo de los distintos países y empresas, señaló que la hidrovía como institución debería cuidar su profundidad.

Indicó que además de los procesos de licitación para futuras concesiones de dragado del río Paraguay, en tramos soberanos de Brasil y Argentina, se debe garantizar la navegación segura en los tramos compartidos.

Sostuvo que es necesario que la hidrovía sea navegable las 24 horas y resolver los temas de homologación de las capacitaciones y requerimientos de idoneidad para asegurar la libre navegación de tripulantes y equipos.

Dijo que se requiere facilitar y simplificar los trámites, acciones medioambientales como el uso correcto de los cauces y el control de la contaminación por desechos industriales y agrícolas. También se debe apuntar a la seguridad de la navegación atendiendo a las nuevas tecnologías, indicó.

Fortalecimiento del CIH

En otro pasaje de su alocución, Ageitos resumió seis puntos de referencia para fortalecer al CIH. Los mismos refieren a dar mayor amplitud a las facultades reglamentarias del organismo, fomentar y proteger la libre navegación y recomendar a los estados miembros la derogación o modificación de las barreras que obstaculicen la libre circulación de mercaderías.

Llamó a establecer un régimen de previa consulta al CIH respecto a las ordenanzas y reglamentos que emita cada país integrante, otorgándole a la entidad facultades de interpretación de los reglamentos vigentes.

Abogó para que los delegados que actúan por los países miembros en los foros de negociación de la hidrovía o relativos a ella sean técnicos y que permanezcan estables aún con los cambios de gobierno en los respectivos países.

Finalmente, analizó que la presencia de los privados, que representan a los intereses portuarios y marítimos de la región, en las comisiones de trabajo del CIH, debería ser una exigencia de los países que lo integran.